Hoy 31 de mayo finaliza el mes de María, concluye un año más los cultos que en honor a la Madre de Dios de los Remedios organiza su Archicofradía de la Vera Cruz.
estos cultos además de glorificar a la virgen sirven para al menos un mes al año todos los días se abra al culto su antigui santuario, la iglesia de san Juan del Cerro.
todo comenzó allá por 1995, cuando llevando muchos años cerrada la comunidad de Hermanas Franciscanas y algunos vecinos del barrio pidieron a la Cofradía que dejasen durante todo el mes a la virgen en la iglesia, en aquellos momentos en unas condiciones pésimas, para poder hacer el rosario y el mes de María, como se hacía antiguamente.
Desde entonces la Comunidad, la Cofradía y los vecinos han aumentado sus lazos habiéndo muchísimos hermanos del barrio, cosa que antes no era significativo y culminando con el hermanamiento hace varios años de la Archicofradía de la Vera Cruz con la Comunidad de Hermanas Franciscanas de la Natividad de María.
La estructuración del mes de Mayo en el Cerro se gestó dicho año y permanece en la actualidad inalterado, habiendo calado en el pueblo creyente egabrense debido a varios elementos como podrían ser la ubicación del templo, la antiquísima devoción que en la ciudad se profesa a la Virgen, en aquellos momentos atenuada, o la sencillez franciscana con la que se imprimió a estos actos, donde los propios fieles tuvieron desde siempre una parte muy importante en el desarrollo de los mismos, siendo parte activa del rezo del rosario, que cada misterio lo hacía una persona distinta de los asistentes o la propia oración de los fieles en la cual cada uno, públicamente, hace sus propias peticiones.
El mes se inició con la celebración de la fiesta de la Cruz de Mayo "invención de la santa cruz" con la misa solemne y posterior procesión por las callejas del Barrio, desués todas las tardes el santo rosario y mes de maría y los últimos días del mes ha tenido lugar la ofrenda de flores, el rosario solemne la exaltación a la Virgen y el solemne Besamanos, acto para el cual desde que este se instauró en 1995 la Archicofradía se ha esmerado en elaboradísimos altares llenos de coloridas flores, efectos luminosos y como no gran cantidad de velas.
Este año dicho altar de besamanos las novedades que presentaba como más llamativas se centraban en la propia imagen de la Virgen que volvía a lucir un antiguo manto de brocados de sedas de colores sobre fondo azul.
dicho manto que aparece inventariado al menos desde 1901 había sido recuperado por la Archicofradía hacía más de veinte años pero por diversas visicitudes no había sido posible su reparación, nos consta que más de una vez estuvo en manos de esmeradas y devotas costureras que finalmente lo devolvían tal cual lo habían recibido. Es por ese motivo por el que hay que agradecer especialmente a la persona que finalmente se atrevió con la tarea e hizo posible que pudieramos admirar a la Virgen tal y como pudieron verla, en el mejor de los casos, nuestros abuelos.
estos cultos además de glorificar a la virgen sirven para al menos un mes al año todos los días se abra al culto su antigui santuario, la iglesia de san Juan del Cerro.
todo comenzó allá por 1995, cuando llevando muchos años cerrada la comunidad de Hermanas Franciscanas y algunos vecinos del barrio pidieron a la Cofradía que dejasen durante todo el mes a la virgen en la iglesia, en aquellos momentos en unas condiciones pésimas, para poder hacer el rosario y el mes de María, como se hacía antiguamente.
Desde entonces la Comunidad, la Cofradía y los vecinos han aumentado sus lazos habiéndo muchísimos hermanos del barrio, cosa que antes no era significativo y culminando con el hermanamiento hace varios años de la Archicofradía de la Vera Cruz con la Comunidad de Hermanas Franciscanas de la Natividad de María.
La estructuración del mes de Mayo en el Cerro se gestó dicho año y permanece en la actualidad inalterado, habiendo calado en el pueblo creyente egabrense debido a varios elementos como podrían ser la ubicación del templo, la antiquísima devoción que en la ciudad se profesa a la Virgen, en aquellos momentos atenuada, o la sencillez franciscana con la que se imprimió a estos actos, donde los propios fieles tuvieron desde siempre una parte muy importante en el desarrollo de los mismos, siendo parte activa del rezo del rosario, que cada misterio lo hacía una persona distinta de los asistentes o la propia oración de los fieles en la cual cada uno, públicamente, hace sus propias peticiones.
El mes se inició con la celebración de la fiesta de la Cruz de Mayo "invención de la santa cruz" con la misa solemne y posterior procesión por las callejas del Barrio, desués todas las tardes el santo rosario y mes de maría y los últimos días del mes ha tenido lugar la ofrenda de flores, el rosario solemne la exaltación a la Virgen y el solemne Besamanos, acto para el cual desde que este se instauró en 1995 la Archicofradía se ha esmerado en elaboradísimos altares llenos de coloridas flores, efectos luminosos y como no gran cantidad de velas.
Este año dicho altar de besamanos las novedades que presentaba como más llamativas se centraban en la propia imagen de la Virgen que volvía a lucir un antiguo manto de brocados de sedas de colores sobre fondo azul.
dicho manto que aparece inventariado al menos desde 1901 había sido recuperado por la Archicofradía hacía más de veinte años pero por diversas visicitudes no había sido posible su reparación, nos consta que más de una vez estuvo en manos de esmeradas y devotas costureras que finalmente lo devolvían tal cual lo habían recibido. Es por ese motivo por el que hay que agradecer especialmente a la persona que finalmente se atrevió con la tarea e hizo posible que pudieramos admirar a la Virgen tal y como pudieron verla, en el mejor de los casos, nuestros abuelos.
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