BLOG NO OFICIAL DE LA ARCHICOFRADÍA

PAZ Y BIEN

Paz y bien a todos los que os acerqueis a este blog.
El objetivo del mismo no es otro que, aprovechando las posibilidades que ofrece la red, difundir notas de historia, fotografías y actividades recientes de esta Corporación Penitencial de la ciudad de Cabra, decana de su Semana Santa y cuna donde surgieron muchas de las Hermandades y Cofradías que hoy dan esplendor a la misma.
Como autor de este BLOG me gustaría pensar que cuando lleguéis aunque sea por casualidad la curiosidad os lleve a recorrer lo que aquí se vaya insertando que os ilusione y que volvais de vez encuando y que pasado el tiempo desde cualquier punto del orbe haya quien pueda conocer que en Cabra se venera a la Madre de Dios bajo la advocación de Santa María de los Remedios, cuya imagen gloriosa, luz y guía de los cofrades de la Vera Cruz de Cabra en cuaresma y semana santa se torna dolorosa, que además tenemos una sagrada imagen de Cristo, llamado de la Sangre y que representa a nuestro Señor tras ser lacerado por Longinos, manando de su costado sangre y agua en aquel primer Viernes Santo.



D. CRISTÓBAL LUQUE Y HARIZA


(conferencia de D.José Joaquín Marín Henares, leída con motivo de los actos organizados por la archicofradía de la Vera Cruz para conmemorar el Segundo Centenario del Fallecimiento de D. Cristobal de Luque y Hariza)

Presentación
Estimada Señora Delegada de Igualdad de la Diputación Provincial de Córdoba, Estimado Sr. Delegado de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Cabra, Presidenta de la Agrupación de Cofradías, Presidenta de la Asociación de Vecinos del Barrio del Cerro, Señor Presidente de la Asociación Musical La Lira de Iznajar. Estimados hermanos, devotos de María Stma. de los Remedios, semana santeros y amantes de las tradiciones de nuestra ciudad, quiero primeramente dar las gracias a las palabras del presentador, palabras que con tanto cariño hacia mi persona ha escrito para dar entrada a la celebración de la actividad de esta tarde una más de las programadas por la Archicofradía de la Vera Cruz y María Stma. de los Remedios para celebrar una serie de efemérides de entre las que destaca con luz propia el segundo centenario del Fallecimiento del presbítero D. Cristóbal de Luque y Hariza, Hermano Mayor de esta Corporación Penitencial en el último tercio del siglo XVIII y primeros años del XIX periodo en el cual la misma llegó a cotas de conjunción entre implantación popular, acción caritativa y proyecto artístico jamás superadas.
Me gustaría dar las gracias a la Junta de oficiales que cuando se planteó la idea de hacer esta conferencia confiaran en mi para su realización, se trataba de que de que una de las actividades programadas sirviera para profundizar sobre la época y la labor de D. Cristóbal al frente de la Archicofradía, como era la Villa de Cabra en el siglo XVIII, sus Iglesias y Conventos, su Semana Santa, sus Cofradías, la mentalidad religiosa de sus gentes y sus avatares por sobrevivir en un medio no siempre favorable, azotado de vez en cuando por epidemias, sequías e incluso terremotos sucesos todos ellos las más de las veces emparejados con hambrunas que afectaban sobre todo a las clases más desfavorecidas. Una época donde la fe y la devoción hacia las imágenes sagradas se convertía en un autentico motor vital que daba sentido a la vida y las cofradías eran un nexo de unión entre la Jerarquía Eclesiástica y la sociedad de la época, además de ser lo que hoy llamaríamos auténticos seguros de decesos, garantizando un entierro digno para sus componentes, un lugar adecuado para el reposo de sus restos y un paso breve por el purgatorio mediante los sufragios ofrecidos por el alma del difunto y las indulgencias que las cofradías de más prestigio tenían concedidas.

Agradecimiento a los historiadores locales
Nada de todo esto de lo que vamos a ver nos sería posible conocerlo sin la colaboración directa de los historiadores locales.
Cabra es una tierra rica en gentes de gran cultura desde antiguo, gracias a ello podemos contar con grandes trabajos dedicados al estudio de la historia de la Villa desde antiguo, historiadores como Vega Murillo, Narciso García Montero o Nicolás Albornoz realizaron historias de Cabra, algunas de las cuales han sido reeditadas recientemente.
Es evidente que el concepto del estudio de la historia no es el mismo desde que estos cronistas escribieron sus obras, sin embargo constituyen verdaderos tesoros al alcance de cualquier persona interesada en el tema y Si a ellos les sumamos la labor de investigadores locales contemporáneos como Calvo Poyato, Antonio Moreno Hurtado, Lourdes Pérez Moral, José María Garrido Ortega o José Rodríguez de Millán (q.e.p.d.) podríamos llegar a la conclusión de que cualquier persona amante del estudio de las tradiciones y costumbres de Cabra lo tiene fácil gracias la gran labor de investigación llevada a cabo por ellos en los últimos años habiendo sido sus trabajos publicados en periódicos emblemáticos como La Opinión, el Egabrense o El Popular amén de diversos libros publicados dedicados monográficamente a la Semana Santa. Todos los anteriores, junto con los anteriormente citados libros capitulares nos sirven de base para la elaboración del presente trabajo de investigación histórica.
Nuevo escudo de la Corporación Penitencial

Notas históricas de Cabra en el siglo XVIII, sus conventos iglesias y cofradías.
La Villa de Cabra a lo largo del siglo XVIII vivió una serie de mejoras que a todas luces hacen ver que fue este un periodo en general  positivo sobre todo en el aspecto artístico ya que, muchos de aquellos edificios, sobre todo religiosos, que se labraron en aquella centuria son los monumentos de los que los egabrenses de nuestro tiempo nos sentimos tan orgullosos, en aquel tiempo se labraron o adaptaron al gusto barroco la práctica totalidad de los templos egabrenses, muestras más significativas son la Parroquia Mayor de la Asunción, la iglesia de San Juan Bautista, en el Cerro, la Iglesia de San Juan de Dios o la ermita de la Soledad.
El gobierno de la ciudad se haya bajo la inspección del Conde de Cabra que es quien provee la mayoría de los cargos del Cabildo Municipal a su antojo. Solo con el transcurso del siglo se da participación a elementos de representación vecinal de una forma puramente testimonial.
A mediados del siglo XVIII la ciudad estaba ya configurada en lo que hoy conoceríamos como casco histórico, extendiéndose desde la Villa Vieja centro y origen de la Villa de Cabra por hacia el este llegando la población entonces hasta las calles de Santa Ana, la Cruz, Nueva del Rosario, Llanete Calvillo, y principios de la Calle Baena, todo ello en unión de los barrios del Albaicín en el norte y el Cerro al sur, componían el caserío de Cabra.
La vida en la Villa de Cabra se desarrollaba en torno a un sistema productivo básico basado en la agricultura, donde los tres cultivos fundamentales eran cereales, viñedos y olivar, a mayor distancia, pero con gran importancia estaban las huertas que rodeaban todo el pueblo, divididas como en la actualidad en Hueras Altas y Bajas, las altas ya cogían el agua de las acequias de la Vega, el Caz, la Mae Vieja...
El pequeño comercio completaba la actividad económica del lugar, varios mesones, fabricas de sillas y mesas para el abastecimiento del pueblo...

El abastecimiento de aguas se hacía por medio de fuentes públicas situadas en las Plazas de San Martín, Vieja, llanete de Juan Márquez… y otras en algunas calles, como las que había adosadas a la pared de la iglesia de Santo Domingo, que estuvo allí colocada hasta la década de los setenta del siglo pasado o al principio de la calle Granadal, aún hay quien recuerda la fuente situada en llanete de las Cabras, pequeña plazuela situada al final de la calle de la Fuente. También había fuentes a las entradas del pueblo que garantizaban el agua para los ganados, la más famosa de ellas, sin duda la fuente de Caño Gordo. También en la salida de Córdoba, Junquillo, a la de Rute y a la salida de Baena. Algunas casas, las menos, ya contaban con fuentes propias que cogían el agua de los ramales que  procedentes de la fuente del río abastecían las fuentes públicas y las de los conventos. El mantenimiento de las conducciones de agua era una de las obligaciones del cabildo municipal y ello le ocasionaba un gasto constante.
Las catástrofes naturales también se dejaron sentir en el citado siglo.
El 1 de noviembre de 1755 se produjo el terremoto de Lisboa, que se dejó sentir en la villa causando grandes desperfectos y algunas víctimas.
En trono a 1780 se produjo una gran sequía que provocó el traslado de María Santísima de la Sierra desde su ermita hasta la Parroquia de la Asunción.
El año 1800 se produjo una terrible epidemia de fiebre amarilla ante la cual hubo que tapiar las entradas del pueblo para poder controlar mejor la enfermedad.
Imagen del Santísimo Cristo de la Sangre en los cultos cuaresmales de 2009
Este entramado urbano estaba salpicado de diferentes conventos de Frailes y Monjas, ermitas y otras instituciones de carácter benéfico-asistencial o educativo.

Toda la villa estaba bajo una única jurisdicción parroquial la de Nuestra Señora de la Asunción y Angeles, durante las obras de embellecimiento llevadas en el templo a mediados de siglo la parroquia residió varios años en la iglesia de San Juan Bautista.
Por ese tiempo estaban establecidas en Cabra las siguientes Ordenes Religiosas Mendicantes.-
En sus ramas masculinas:
Dominicos, con su convento anexo a la actual parroquia de Santo Domingo fundado en 1550 por el Bachiller Antón León y su esposa Juana Gálvez.
Capuchinos, fundado por D. Antonio Fernández de Córdoba y su esposa Doña Teresa Pimentel, condes de Cabra, en 1635. Estaba este convento en la Villa Vieja, junto al Castillo de los Condes, de él se conserva su iglesia que aunque muy restaurada conserva la impronta de austeridad franciscana.
Mínimos de san Francisco de Paula, fundado en 1589 por los Condes de Cabra Antonio Fernández de Córdoba y Francisca Fernández de Córdoba con su convento extramuros en lo que se sigue conociendo como llano de san Francisco.
En sus ramas femeninas existían dos conventos, ambos de clausura.
Dominicas, este convento se creó en 1601 anexo a la antigua ermita de san Martín de origen mucho más antiguo, estaba situado  en actual plaza de España.
Agustinas Recoletas, fundado en 1697, estuvo establecido en esta iglesia de San Juan durante diez años, se asentaron en su nuevo convento del Llanete de Juan Márquez en el año 1707.  Los Cabildos de la Cofradía se celebraban en esos años, posiblemente por la concurrencia de público, en la Iglesia Parroquial de la Asunción y al hablar de la Iglesia del Cerro se referían a ella como Iglesia Conventual de las Agustinas.
Como instituciones caritativo-benéficas estaban establecidas por una parte la Orden Hospitalaria, con su hospital de la Caridad y San Rodrigo dedicada a dar cobijo y curación a pobres, enfermos y desvalidos. Junto al hospital se levantó la Iglesia de San Juan de Dios en esta iglesia se realizaron obras en el siglo XVIII para adaptarla al gusto de la época y para que tuviera cierto parecido con la Basílica que la orden tenía en Granada.
La Santa Escuela de Cristo tenía establecido Hospital para los mismos fines, su hospital tomaba el nombre de “Hospital de Jesús Nazareno” estaba atendido por religiosas venidas desde el Hospital de San Jacinto de Córdoba pertenecientes a la Orden Creada por el sacerdote Padre Cristóbal de Santa Catalina, un sacerdote, nacido en Mérida en el siglo XVII y fundador de las Hermanas Hospitalarias de Jesús Nazareno. Este hospital también contaba con una pequeña iglesia con “sagrario, torre y campana” en las confluencias de las calles Andovalas con Terzuela.
La existencia de algunas ermitas completaba el panorama religioso de la Villa, San Juan Bautista, iglesia según la tradición la más antigua de la villa,  La Aurora, comenzada a edificar por José Jiménez Valenzuela en 1716 sobre el solar de la casa de sus suegros en la Calle Granadal, por encargo de la Cofradía de la Virgen de la Cabeza, San Sebastián, por la salida del portichuelo que llamaban de santa Ana en el cerco de murallas y sobre un pequeño montículo muy cerca de la villa. La de Nuestra Señora de Belén en la Zona de los arcos de la Calle Baena, junto al viejo puente de Belén. San Marcos, junto al camino viejo de Priego, San Cristóbal sobre el cerro de su nombre en las proximidades del camino de Lucena y el Calvario afortunadamente la única conservada.
Un poco más alejadas la ermita de La Patrona la Virgen de la Sierra y la Ermita de Nuestra señora del Rosario o de la Esperanza, del partido de Riofrío.


Procesión de María Santísima de los Remedios en los años 40 del siglo XX
Existía una institución educativa, el Real Colegio de la Purísima Concepción, creado al amparo de la Fundación creada con los bienes legados por el sacerdote D. Luis de Aguilar y
Eslava para tal fin.
En 1763 el sacerdote don Gil Alejandro de Vida Hidalgo crea otra institución de educativa, la Obra pía.

Religiosidad y Semana Santa en el siglo XVIII
La manifestación de la religiosidad se vivía en cabra muy comúnmente a través de las cofradías.
 En las iglesias, ermitas y conventos había establecidas varias cofradías para la veneración de la Madre de Dios de los Santos y el Santísimo Sacramento.
En la Parroquial de la Asunción estaban la del Santísimo Sacramento, la de Ntra. Señora de la Asunción, la Virgen de la Sierra. En el Convento de Dominicos la del Dulce Nombre de Jesús, cofradía de Gloria que tenía como principal fin la lucha contra la blasfemia, la de Ntra. Sra. del Rosario (en ambos casos estas cofradías eran monopolio de la Orden de Predicadores teniendo la obligación de “en caso de existir en la población estar establecidas en los conventos de dominicos y teniendo la obligación de trasladarse a éstos si estaban fundadas con anterioridad” y la Cofradía de Santa Lucía. En la ermita de San Marcos la de la Virgen de la Cabeza, en la de Riofrío la de Ntra Sra de la Esperanza. Las de san Cristóbal, Virgen de Belén y San Sebastián en sus ermitas, aunque esta última se fusionó con la de la Aurora Trasladándose a la ermita de la calle Granadal en el año 1801. Además había cuatro cofradías de penitencia Vera@Cruz, en la Iglesia de San Juan Bautista en el Barrio del Cerro,  Soledad en la Ermita de Santa Ana, Nazareno en su capilla propia del Convento de Dominicas de San Martín y la Aurora en la ermita antes mencionada.
Los egabrenses de la época tenían gran veneración por las imágenes de la Semana Santa pero sentían como ahora una muy especial devoción hacia María Santísima de la Sierra a la que acudían en todas sus necesidades y era traída a Cabra desde su ermita cada vez que algún problema lo requería. En 1781 la Virgen estaba en la Parroquia de la Asunción, por el siguiente testimonio podemos hacernos una idea de los cultos y funciones religiosas que se le dedicaban por los vecinos más ilustres en aquella época
Besamanos a María Santísima de los Remedios. Cuaresma de 2009
                         En siete de junio de este año de mil setecientos ochenta y un se celebró una fiesta solemnísima a Ntra. Sra. De la Sierra, Ntra. Patrona con Dios Manifiesto en que se pusieron Diez velas de a libra treinta y seis de a media libra, que hacen dieciocho libras, doce velas de a cuarteron que hacen tres libras y torce velas de a seis en libra que son dos libras y dos velas.
                         Cuya función se celebró en la iglesia parroquial de esta villa donde se halla dicha Santísima Ymagen habiendo dicho la misa el Señor Don Francisco … cura residente de esta parroquial y leyó el evangelio el Señor don Francisco Pavón la epístola el Señor D. Mateo de Atienza presbíteros de esta parroquial. Todo hecho a expensas y costa de la Señora doña Francisca de Paula Lorite y Chamizo vecina y natural de esta villa y mujer del Señor Don Vicente…Díaz de Mendoza del Consejo de su Majestad y residentes en esta dicha villa y para los efectos útiles se hizo esta diligencia que firmé en cabra en dicho día mes y año de todo lo cual doy fe”.

               Culto especial también se le daba al Santísimo Sacramento en el Jubileo de las cuarenta horas que anualmente se celebraba, vamos a ver concretamente el testimonio del celebrado en el Santuario de San Juan Bautista y María Santísima de los Remedios, correspondiente al mismo año 1781.
                         “En los días 15 16 y 17 del presente mes de abril de 1751 años de la encarnación de Ntro. Señor Jesucristo de mil setecientos ochenta y uno con el aparato y decencia posible se celebró en la Hermita y Santuario del Señor San Juan Bautista y Ntra. Sra. de los Remedios en la capilla del santísimo Cristo de la Sangre propio de dicha iglesia el Jubileo de las cuarenta horas señalado en dicho sitio por el Ilmo. Señor Don Baltasar de Yusta Navarro, Dignísimo obispo de la ciudad de Córdoba y este su obispado, según las bulas que para ello tiene la Dignidad Episcopal concurriendo al él muchas personas de todas clases y para que en el futuro conste así se anota que firma el señor Hermano Mayor en el día último de su celebración de todo lo cual doy fe”
                         Ambos testimonios los firma D. Joaquín de Luque y Hariza.
                         En casos de epidemias y grandes catástrofes naturales se hacen novenas extraordinarias intentando alcanzar el beneficio divino perdido como es el caso que transcribimos a continuación:
                        “En vista de la calamidad de los tiempos a falta de lluvias para fertilizar los campos y hallándose el pan blanco a 11 cuartos y con dos onzas menos los pobres perecen, sin trabajo, los sembrados se están agostando por estar su Majestad ofendido por nuestros grandes pecados contra sus divinos mandamientos, se determinó por esta Venerable Cofradía y Hermandad recurrir al auxilio de su protectora  María Stma. de los Remedios para evitar tan gran perjuicio, a suplica de mucha parte del pueblo por Junta Particular que celebraron dichos Señores hacerle una Novena a dicha Stma. Imagen de  los Remedios después de las oraciones y en esta hermita el 27 de abril en la noche con el concurso correspondiente se principió en dicho santuario.
                        Y en el 29 del mismo por la tarde se principió otra novena a María Santísima de la Sierra en la Iglesia Mayor Parroquial de ella donde se halla dicha Santísima Imagen, con dios Manifiesto  y pláticas a expensas de sus devotos y de los Señores Curas que no llevaron cosa alguna de derechos de parroquia que son doce reales cada tarde que así se acostumbra en la ciudad de Lucena, y en la ciudad de Córdoba a instancia de ambos Ilustrísimos cabildos sacaron en procesión a la prodigiosísima y milagrosísima Imagen de Villaviciosa que el día primero de mayo por la intercesión de Ntra. Madre y señora en el mismo día en la noche llovió una copiosísima lluvia de modo que fecundaron los campos y se aseguraron y se ha cogido en este término y circunvecinos una regular cosecha de todos los granos y siguieron las novenas hasta sus conclusiones…”
                        La Semana Santa de finales del XVIII estaba organizada por cuatro cofradías que realizaban sus estaciones de penitencia el Miércoles, Jueves, Viernes Santos y Sábado Gloria.
La Santa Cruz en los cultos cuaresmales de 2009
                        Estas Cofradías estaban a su vez configuradas por multitud de Hermandades o ramos que procesionaban a las diferentes imágenes, El miércoles santo estaba reservado para la Cofradía de la Aurora que tenía en su seno hermandades como la de la Santa Cena, Aurora Dolorosa, Una Hermandad de Jesús Preso, Jesús Caído o la Oración en el Huerto, había sido fundada en 1729 con dos hermandades procedentes de la Vera Cruz haciendo su primera procesión en 1732.
                        La Vera Cruz y María Santísima de los Remedios, fundada en 1522 y aprobada por D. Leopoldo de Austria años después y ratificada en 1588 procesionó el Jueves Santo desde su fundación agregándosele a partir de la segunda mitad del siglo XVII gran cantidad de hermandades y pasos, en el año 1700, en el cabildo del Domingo de Ramos se determinó la composición de la procesión para ese año:
“Lo primero que la procesión salga a la hora y por las calles acostumbradas guardando en todo lo dispuesto en el edicto del su eminencia el Cardenal don Pedro de Salazar sobre el modo y la manera de ir a la dicha procesión observando todas penas y censuras en él contenidas”.
A continuación se detallan los diferentes ramos de la Cofradía, y las personas que se hacen cargo de ellos.
“Que el primer estandarte que sale en la dicha procesión lo a de sacar Don Juan Fernández Tejeiro con la cera y según el la obligación de su mayorazgo.
La insignia de la cena la a de sacar y es a cargo de José Jiménez de Valenzuela  y su hermandad.
La Oración del Huerto la a de sacar Francisco Jiménez de Valenzuela con la decencia mayor que pudiera y su hermandad.
La insignia de Jesús a la columna la han de sacar Francisco de Alcalá y su hermandad conforme a su obligación.
La insignia de la coronación la a de sacar el Licenciado D. Juan Antonio Galeote presbítero con el número de hachas que fuera su voluntad.
La insignia de la Prisión que es a cargo de su hermandad conforme a su obligación.
La insignia de Jesús arrodillado con la cruz a cuestas.
 La insignia de Jesús Crucificado es a cargo de su hermandad en la forma acostumbrada.
La insignia de la santa Cruz es a cargo de su hermandad conforme a su obligación.
La cruz de la parroquia queda a cargo del Hermano Mayor.
La imagen de nuestra Señora de los Remedios es a cargo de Lorenzo Montes de Juan de Alcántara y Juan de Santaella los tres de esta villa, se obligan a llevar noventa hachas para alumbrar…”
A lo largo del siglo cambió esta configuración, al pasar algunas Hermandades al Miércoles Santo y haberse creado otras nuevas.
Las aportaciones fueron la Hermandad de los atributos de la Pasión, la de la Entrada en Jerusalén, la del lavatorio, que en su fundación en 1739 se agrega a la Aurora y después son cedidas sus imágenes el 18 de febrero de 1776 a la Vera Cruz, el paso de Jesús y su Madre, el Apostolado y Hermandad del Apocalipsis o de los 72 discípulos, que procesionaba al actual Cristo de la Sentencia.
                        El viernes Santo por la madrugada salía la Cofradía de Jesús Nazareno, fundada en 1586 en la Ermita de san Martín, contaba con varias hermandades, Fuentes y Alumbrantes, San Juan Evangelista, Apostolado y Virgen de los Dolores además de imágenes como la Verónica o la Magdalena que no tenían hermandad propia pero eran procesionadas habitualmente, a más de los dos titulares de la Cofradía Jesús Nazareno y Santo Entierro.
                        En la segunda mitad del siglo XVIII se produjo un cambio que haría singular a la semana santa de Cabra por el resto de los tiempos, la Cofradía de la Soledad fundada en la ermita de Santa Ana el año 1579 y que tenía establecido procesionar el Viernes Santo después de terminada la del Entierro de Cristo y debido posiblemente a las prohibiciones de realizar procesiones de noche, se trasladó a la mañana del Sábado de Gloria en 1745 Junto a la Soledad salían en procesión las imágenes de San Juan Evangelista, (que aún se conserva en la Parroquia) y la Magdalena.
                        Además de lo reseñado la Semana Santa la constituían gran cantidad de elementos de muy antigua y arraigada tradición nos referimos a personajes como los Judíos de Rostro, el Buen y el Mal Ladrón, Apostolado, los pasillos, el paso del prendimiento y el sacrificio de Isaac, el acto del descendimiento,  el lavatorio, hermanos con túnicas y caras tapadas, los disciplinantes, los romanos, el prendimiento…

María Santísima de los Remedios. Cultos cuaresmales 2009
El siglo XVIII en general no fue del todo una buena época para las cofradías, que se vieron afectadas por el espíritu ilustrado de los gobernantes que no veían con buenos ojos esa gran cantidad de ritos ancestrales que acarreaba la celebración de la Semana Santa. En 1744, el obispo de la diócesis Miguel Vicente Cebrian dictó un decreto en el cual se prohibían la representación en vivo de los pasos de la Pasión, la presencia en la procesión de judíos, los apóstoles, soldados romanos, la utilización de antifaz y otra serie de medidas que llevaron a las cuatro cofradías egabrenses a unirse e intentar actuar contra la imposición episcopal, que consideraban que atentaba contra la tradición y la costumbre de las mismas.
Durante el reinado de Carlos III, se promulgaron leyes que afectaban al decoro público, una de las que más pudo afectar a la Cofradía de la Vera Cruz fue la prohibición de los disciplinantes. Más tarde en Real Decreto de 25 de junio de 1783 de extinción de Cofradías Gremiales se ordenaba la reforma del resto, siendo obligadas a redactar nuevas reglas, se promovía la integración en cofradías sacramentales y se ordenaba la sumisión a la jurisdicción Real que debía de visar todas las reglas de las cofradías.
                        Hay constancia del culto al Santísimo Cristo de la Sangre el Viernes Santo de 1781 en la Parroquia de la Asunción gracias al siguiente testimonio:
 “en día trece de abril de este año de mil setecientos ochenta y un día en que nuestra santa madre Iglesia celebra la pasión y muerte de nuestro redentor Jesucristo por ser viernes santo después de acabada la procesión de Ntro. padre Jesús Nazareno y los Divinos Oficios de aquel día que se hacen en la santa iglesia mayor parroquial de esta villa y conventos por el Sr. Don Antonio Bogues y Acevedo presbítero de la Iglesia de esta Villa so impetro licencia del Señor Vicario de esta referida villa para celebrar en este expresado día e iglesia las tres horas que su Majestad estuvo enclavado en la Cruz y para este fin se trajo el santísimo Cristo de la Sangre que es propio de la Iglesia del señor san Juan Bautista y se venera en su santuario y puesto en el Altar Mayor con la decencia debida y con sus velas encendidas y principiadas las tres divinas horas a las doce del día con el aparato regular y fúnebre subido a predicar dicho señor don Antonio y de ratos a ratos respondía la música de esta Iglesia Parroquial con sus cantadas hasta que el reloj de esta villa dio las tres de la tarde que se concluyó este acto como se puede considerar pleno de sollozos y lagrimas de todos los asistentes que fue innumerable concurso el que concurrió pues estaba toda la Yglesia llena.
  y para los efectos útiles y que en todo tiempo conste pongo esta nota que firmé con el presente notario de lo cual doy fe”.
Joaquín de Luque y Hariza
         El gobierno de las cofradías estaba mayoritariamente reservado al estamento eclesiástico salvo la Cofradía de la Aurora que en este sentido era especial, teniendo más vecinos acceso al gobierno de las hermandades que eran menos restrictivas al no depender directamente del obispado, sino por medio de sus cofradías matrices.
Cofradía de la Vera Cruz en el Siglo XVIII
A mediados de del siglo XVIII tomó las riendas de la Archicofradía de la Vera Cruz y María Stma de los Remedios la familia Luque primero el padre y posteriormente sus dos hijos ocuparon los cargos de Hermano Mayor y Obrero de La Fábrica de San Juan Bautista cargos unidos por Decreto episcopal en ese mismo siglo.
Con la familia Luque se continúa en una dinámica de mejoras, estrenos y adquisiciones que sitúan a la Cofradía de la Vera Cruz como una de las más punteras de su tiempo, no en balde la unión de las Administraciones de Fábrica y cofradía dieron un buen resultado cual fue la reedificación desde los cimientos de la vieja ermita de San Juan, a partir de 1711, hecho que supuso su redecoración y adecuación al estilo barroco que nos ha llegado a nuestro días. Fue a partir de esta reconstrucción cuando en los libros de la Cofradía se comienza a señalar esta Iglesia como Santuario de San Juan Bautista y María Santísima de los Remedios. Las obras se prolongaron hasta mediados del XVIII y afectaron a todos los parámetros de la Iglesia, una de las actuaciones más influyentes en ese momento fue la restitución de la Imagen de María Santísima de los Remedios a la Capilla Mayor, al lugar que con anterioridad, según escritos de la época había ocupado
Desde 1560 la Capilla Mayor la ocupaba el Stmo. Cristo de la Sangre, a partir de ahora pasaba a la cabecera de la iglesia en el lado del evangelio. En 1758 D. Martín Barcía Obispo de Córdoba concede el patronato de la capilla del Cristo de la Sangre a Don Antonio Romero de Porras y sus herederos, uno de sus hijos el Dr. D. Juan Rufino Cuenca-Romero labró en 1762 la capilla del Cristo de la Sangre y su bóveda y donó un busto de una dolorosa, de la Escuela de José de Mora que se colocó a los pies del Cristo, hoy venerada bajo la advocación de Ntra. Señora del Socorro. En 1798 Fray Diego José de Cádiz concede nuevas Indulgencias al Stmo. Cristo de la Sangre.

Los Luque
La familia Luque rigió los destinos de la Cofra´dia desde el año 1756 hasta 1807 son cincuenta años de esplendor para esta Cofradía.
Nacido en 1719 Don Cristóbal de Luque y Arcos que era Juez de Apelaciones de los Estados del Duque de Sessa, se casó con Doña Juana Josefa Hariza Cabezas, natural de Estepa.
En su matrimonio tuvo tres hijos, Joaquín Gabriel, Cristóbal y Mª Rosalía.
Entendemos que a la muerte de su esposa D. Cristóbal de Luque y Arcos se ordenó sacerdote puesto que hay multitud de documentos que lo catalogan como presbítero.
Su hijo Joaquín Gabriel de Luque y Hariza fue elegido Hermano Mayor a la muerte de su padre en 1769, fue regidor de Cabra en los últimos años de su vida, murió en noviembre de 1781.
 Don Cristóbal de Luque y Arcos en su niñez vivió una de las grandes novedades de la semana Santa de ese tiempo, la ampliación de las procesiones a la tarde del Miércoles Santo en 1732 gracias a la naciente Cofradía de la Aurora. Entra como hermano Mayor y Obrero de la Fábrica de San Juan Bautista el 14 de Marzo de 1756, cuando tenía 37 años,  y tras la renuncia la su cargo de don Gil Alejandro de Vida Hidalgo “por sus graves ocupaciones y asistencias a el cultivo de sus opulentos caudales”
En el mandato de D. Joaquín Ocurre un hecho que a la larga será muy trascendente en el devenir histórico de la Archicofradía. En el año 1772 es nombrado cuadrillero de andas Salvador Alguacil. La familia Alguacil, a partir de ahora esta familia se mantendría cerca del gobierno de la Cofradía llegando a la cúpula de la misma en 1853 y manteniéndose como dirigentes sus herederos desde esa fecha hasta mediados del siglo XX.
Cristóbal de Luque y Hariza nació el 14 de diciembre de 1744, fue presbítero de la parroquial de la Villa de  Cabra y falleció, siendo Hermano Mayor de la Archicofradía de la Vera Cruz y María Santísima de los Remedios el 7 de enero de 1807.
         Veamos lo que sucedió el día de su elección
“En la villa de Cabra a veintitrés días del mes de diciembre de mil setecientos ochenta y un años, estando en la Hermita y Santuario del Señor san Juan bautista y Maria santísima de los remedios los hermanos cofrades de la cofradía de la Santa Vera Cruz y María Stma. De los Remedios citados  a son de campana como hay uso y loable costumbre para conferir y tratar todo lo perteneciente a su conservación y aumento”
“dijeron haber fallecido en el día 16 de noviembre próximo pasado de este año D. Joaquín de Luque y Hariza, regidor de este Ayuntamiento y Hermano Mayor que era de dichas Cofradías de la Vera Cruz y María Santísima de los Remedios, que lo que se se hace forzoso nombrar sucesor en dicho oficio de los Hermanos Cofrades que se desempeñase como el difunto lo hizo en vida los empeños y cargos……..y para ello suplicaron al dicho Sr. Vicario que en conformidad de lo que siempre había sido costumbre propusiese …..tres de dichos hermanos para elegir  de entre ellos el mas benemérito, y todo entendido por el dicho Sr. Vicario propuso para Hermano Mayor de la  cofradía a don Cristóbal de Luque y Hariza, presbítero, cura de la parroquial de esta villa, a don José de Priego Presbítero y a don Francisco de Jesús y Priego clérigo capellán de Menores, para que los presentes elijan el que les parezca y visto por dichos hermanos cofrades todos a una voz proclamaron por Hermano Mayor de dicha cofradía a el explicado don Cristóbal de Luque y Hariza presbítero y cura de la parroquial”
“le dieron poder y facultad cumplida para administrar , recibir, cobrar y arrendar las rentas y limosnas de ella, otorgar escrituras, dar recibos, cartas de pago, finiquitos, ……demandando o defendiendo por si o por medio de procuradores que para ello necesitare en todos los tribunales e instancias hasta la conclusión de cualesquiera pleitos ……..dando como dándose por bueno y aprobado todo cuanto hiciere en dicho nombre como tal Hermano Mayor……………….y respecto a no hallarse en dicho cabildo presente el Hermano Mayor electo determinaron los hermanos pasase yo el Notario Mayor Infrascrito a hacérselo saber yendo acompañado de los Hermanos D. José e Priego y don Nicolás y don Cristóbal de Luque Roldán Aranda presbíteros para que constase su respuesta. Y con esto feneció este cabildo que firmo dicho Sr. Vicario y demás hermanos cofrades de los cual doy fe”

“Y aceptó
Luego yo el notario en compañía de los citados hermanos representando la cofradía pasamos a la Iglesia Mayor parroquial de esta villa en donde se hallaba el recién electo hermano mayor y en ella le hice saber en persona el nombramiento antecedente como tal Hermano Mayor de las cofradías de la Vera Cruz y María Stma. De los Remedios en su persona quien habiéndolo oído y entendido dijo lo aceptaba y aceptó juró hacer el deber y se obligó en forma a él cumplimiento de su encargo … y personalmente dar gracias a los cofrades como lo hizo restituyéndonos a dicho cabildo y lo firmo y doy fe.”
(Lo firman)
Cristóbal de Luque y Hariza. José de Priego.
Nicasio Padilla. Juan de Cuevas y Francisco Cuevas Romero
La larga lista de adquisiciones para la Imagen de María Stma. de los Remedios en su mandato se inicia en 1784, ese año se hace un manto negro de terciopelo, con guarnición de galón de oro el mismo fue costeado con fondos del arca de la Cofradía.

Procesión del Jueves Santo de 2009
El primer regalo del que hay constancia de don Cristóbal a la Virgen tuvo lugar en 1785 en este año le regaló según consta una “estola de terciopelo negro bordada en oro y esmaltes para que sirva a la Santísima Virgen en todas las funciones”.
Sin duda alguna una de las actuaciones más importantes de este periodo si no la más importante fue tomada en Junta de 16 de abril de 1786, por cuanto la Imagen de María Santísima de los Remedios se encontraba en mal estado, y no habiendo memoria de cuando se hizo ni de quien la realizó se acordó en esta Junta que “ a dicha Santa Ymagen se le haga nuevo rostro y manos y se busque al mejor artífice de la ciudad de Granada” entendemos que los comisionados para este menester buscaron para realizar esta  tarea un escultor de fama reconocida en la ciudad de la Alhambra, aunque no hay constancia al menos hasta ahora de quien pudo ser.
En la Restauración llevada a cabo por D. Miguel Arjona Navarro a principios de los ochenta del pasado siglo apareció en el interior de la imagen un pequeño documento que hace referencia al año de la restauración y al monarca reinante en España, contrasta este pequeño documento con los que en otras restauraciones de imágenes de esa época han aparecido precisamente por su pequeñez y su brevedad, pues lo normal que sucede en estos casos es que la información vertida en este tipo de documentos es mucho más extensa, aclarando la autoría, personas o hermandad que la encargan, gobernantes municipales de la época, en fin es muy extraño, parece como si hubiera sido sesgado en una anterior restauración de la cual no tenemos noticia, que el documento hallado en el interior de María Santísima de los Remedios solo haga referencia como hemos dicho al monarca “Carlos III” y al año “1786”.
El 12 de febrero de 1787 se da cuenta de la terminación de la restauración. por valor el valor de la misma es de 667 Rs. y 29 Mv. Dinero que se sacó del arca de la Cofradía.
Como último apunte para este tema habría que señalar que en el acta donde se toma el acuerdo de la renovación de la imagen se dice que se haga a imagen y semejanza de la actual por lo cual cabe entender que la primitiva imagen de los Remedios también tendría su doble faceta de imagen de gloria que para determinados momentos actúa como imagen dolorosa, un asunto que si bien hoy en día parece extraño desde muy antiguo en nuestra comarca es un hecho bastante común, la Virgen de los Desamparados de Priego de Córdoba, la de Los Remedios de Aguilar o la de la Paz de Lucena avalan esta circunstancia.
En su labor de renovación de determinados enseres de gran valor Don Cristóbal contó con la importante ayuda de los Cuadrilleros Don Antonio Ruano Aguilera y Don Francisco Alguacil Zafra, entre los tres hicieron realidad multitud de proyectos que de otra manera la cofradía no hubiera podido asumir por su elevado coste.
El 21 de abril de 1794 se encarga un nuevo trono porque “respecto que el trono que tiene la santísima Ymagen de los Remedios está muy indesente y sin poder servir para el mayor adorno a sus expensas querían hacerle uno nuevo tallado” se encargó este trono a Don Francisco Javier Pedrajas y es pagado entre los tres y con aportaciones menores de otros devotos. El trono se describe en como un trono seis dedos más alto de el que hay, con cuatro niños de talla y un lóbalo de rayos al respaldo de la Virgen.
El 5 de abril de 1795 se da el precio final del trono sin dorar 1130 Rs. De los cuales Cristóbal paga 360 Rs, Antonio Ruano 470 Rs y Francisco Alguacil 250 aportando el resto entre miembros de la junta.
 El dorado de este trono se valora en 1400 Rs que se comprometen a pagar íntegramente Luque, Ruano y Alguacil, puesto que la cofradía no tiene fondos.
Para el mismo trono realizan 5 palmatorias de hierro y 6 estrellas de cristal de colores con hastas de madera, 
todo ello por valor de 1112 Rs.
El trono del que hablamos es la actual peana sobre la cual se venera María Santísima de los Remedios en su Camarín.
Como anécdota habría que decir que el año que se estrenó la procesión no se pudo concluir porque empezó a llover cuando discurria por la calle de los Hospitales.
Debido a sus desvelos por la cofradía en 1797 Antonio Ruano es nombrado Cuadrillero Mayor de la Virgen de los Remedios y Francisco Alguacil Cuadrillero de las misas de Aguinaldo.
En el Cabildo de 1797 Se toma la decisión de bordar un manto nuevo de terciopelo negro, aunque solo hacía 13 años que se bordó el anterior, que costó alrededor de 2280 Rs.
Este 1797 Cristóbal de Luque solicita permiso al obispado para hacer una corona, rostrillo y cetro para la Virgen y una corona y cetro para el niño que lleva en sus brazos, dicho permiso se concede con fecha 26 de octubre de 1797. El platero que se encarga de realizar el trabajo es Antonio García González.
Las cuentas de estas obras de platería son presentadas el 2 de abril de 1798 en ellas se especifica que todo el trabajo se ha hecho con plata  y el sobredorado con oro molido, el importe total es 3979 Rs de este precio rebaja 961 Rs y 8 Mv que es lo que omporta la plata vieja que entregó la cofradía.
La Virgen de 2009 a su paso por la Plaza del Ayuntamiento
El Hermano Mayor hace un donativo para estas piezas de 800 Rs.
En referencia a estas piezas habría que decir que la Cofradía solo conserva el rostrillo de la Virgen, habiendo desaparecido las demás, hay una antigua fotografía de la Virgen de los Remedios con la corona, posiblemente de los años treinta o cuarenta del pasado siglo, así como en las actas de la Cofradía de los Dolores aparece el préstamo que se hacia de ella para el desfile procesional del Viernes Santo en los años 30.
El manto comenzó a bordarse en 1799 por las Monjas Agustinas, seis monjas se dedicaban todo el día a este menester. Se estrenó el Jueves Santo de 1800.
El manto nuevo se presupuestó en 14242 Rs. La  Junta puso 242 Reales y Luque, Ruano y Alguacil se comprometieron a pagar a partes iguales la diferencia que pudiera surgir.

El 5 de abril de 1801 se presentaron las cuentas finales del manto. El precio fue 29611 Rs. Y 28 Mv. De los cuales la Cofradía pagó 2000 Rs. Luque 10170 Rs y 21 Mv, Ruano 9170 Rs y 22 Mv y Alguacil 8160 Rs y 22 Mv. Juan Antonio Rubio donó 100 Rs y José Belmonte (Clavero) 30 Rs.
En una Junta de 18 de abril de 1802, se acuerda hacer 100 túnicas nuevas de holandilla negra para realzar la procesión, Cristóbal va a pagar 40 túnicas,  Ruano 35 y Alguacil  que es el que se hace cargo de su realización a la mayor brevedad 25 “las que se han de guardar en un arca que para tal fin se ha de poner en este santuario”
Se piensa que el cuadrillero de andas las reparta en la noche del Miércoles Santo a los hermanos de andas, palio, los que llevan los faroles, estandartes e incensarios y las sobrantes se repartan a los demás cuadrilleros a proporción de hermanos que tengan para que de esta forma no se excusen de salir en la procesión.
En 1805 no se celebra cabildo general el Domingo de Ramos, por no haber que hacer ningún nombramiento ni ningún cambio se pide al Vicario de su autorización para que dicho no se lleve a cabo siendo aprobado por este.
Los Cabildos de cuentas de 1805 y 1806 se celebran en la casa de D. Cristóbal de Luque y Hariza por su enfermedad.
Testamento de Cristóbal.
D. Antonio Moreno Hurtado descubrió hace unos años el testamento de Don Cristóbal, sobre el mismo publicó un artículo en “El Egabrense” que prácticamente transcribimos por su interés.
El testamento fue otorgado “in scriptis” el 29 de agosto de 1806 y entregado el 18 de septiembre del mismo año al escribano Francisco Campisano y Fuillerat, se abre el 7 de enero de 1807 el mismo día de su fallecimiento con el fin de hacer el inventario de bienes del difunto, en el mismo declara ser hijo de D. Cristóbal de Luque y Arcos y de Dña. Juana de Hariza y Cabezas. Desea ser sepultado bajo el altar de Ntra. Sra. De Ntra. Sra. de los Remedios donde tiene concedido sepulcro con lápida de jaspe, con licencia de Don Antonio Caballero y Góngora, obispo de Córdoba. Declara ser Hermano Mayor de la Cofradía de la Vera Cruz y María Santísima de los Remedios, y hermano de las del Rosario, Nazareno  Ánimas, por lo que quiere que asistan a su entierro los estandartes de las mismas y que la cofradía de la Vera Cruz le haga decir las cien misas que hay establecidas para la muerte de sus Hermanos Mayores.
Le corresponde el derecho de llevar la soga de Jesús Nazareno durante la procesión del Viernes Santo, y cede este honor a su primo Joseph Antonio Marroquin y Luque, regidor y Alférez Mayor del Ayuntamiento de Cabra. La Soga de oro se encuentra depositada en su casa.
 Desea que a los nueve días de su muerte se lleve a la ermita de san Juan Bautista el cuadro de la Virgen de los Dolores que hay en un altar en su casa con marco dorado, cristal, retablo, repisa y ara, junto a las cuatro imágenes de bulto de san Miguel, san José, san Juan Bautista y San Juan Nepomuceno. El retablo de su casa está sin dorar y ordena que se dore en caso de que fallezca antes de hacerlo el mismo. Que se haga a su costa este altar para la virgen de los  Dolores en la puerta de la Sacristía  “por encima del altar del Señor de la Columna”. Para ello regala diversos objetos de plata y ornamentos de altar.
Quiere que se haga una lámpara de plata para dicho altar, que dota con tres arrobas de aceite al año.
Posee un cortijo de 32 fanegas de tierra en el partido de Prado quemado, una huerta en el Vado del Moro y otra en las Huertas Bajas. Tienen además varias viñas y olivares y unos censos a su favor. Es dueño de una casa en la calle de las Parras, otra en la calle Parrillas y otra pequeña en la Plaza Mayor. El cortijo, huertas, y casa de la plaza mayor la deja en usufructo a su hermana Rosalía, vecina de Estepa. Después pasarían a su citado primo y a sus herederos.
Funda una novena perpetua a la Virgen de los Remedios de cuya cofradía es Hermano Mayor desde 1781 ha de iniciarse ocho días antes del viernes de Dolores para que finalice ese día, y la Virgen ha de estar vestida de “Pasión como corresponde a aquel tiempo”. La novena había sido instituida en 1756 por su padre cuando era Hermano Mayor y luego  había sido asumida por su hermano Joaquín cuando sucedió a su padre en el cargo de Hermano Mayor.
La Santa Cruz en la Procesión de 2009
En esta Novena había de intervenir “un músico violinista de la parroquial…para acompañar al mancebo que cante las coplas”. El salario del violinista sería de veinte reales por las 9 noches y el cantante cobraría 15 reales. Deja legados a varios parientes y especialmente a sus ahijadas Ángela y Francisca de Paula Alcalá Bonilla. La mitad del residuo se dedicará a misas por su alma, la mitad de ellas en la ermita de san Juan y el resto donde decidan sus albaceas. La otra mitad de sus bienes las deja por terceras partes iguales al Hospital de Jesús Nazareno y Escuela de Cristo, al los pobres de la cárcel (en ropas y alimentos que distribuirían la hermandad de la santa caridad) y a los pobres que acudieran a la puerta de su casa. Dona sus libros al Colegio de la Purísima Concepción bajo la cláusula de que si no los necesitan se entreguen al convento de capuchinos.
El desconocimiento sobre el origen de la Cruz pectoral de la Virgen en mucho tiempo había alimentado determinadas leyendas sobre la misma siempre se oyó hablar de la Cruz como propia de los Obispos de Egabro.
El Testamento desveló el asunto, en una cláusula dice lo siguiente: “igualmente declaro que en el año pasado de 1771 fui nombrado prepósito de la hermandad de mi padre Señor San Pedro en  cuyo año hice a mis expensas un pectoral de esmeraldas el cual cedí a su Cofradía bajo la cualidad y circunstancia de que le había de servir a la imagen de nuestra Señora de los Remedios sita en dicha ermita del señor San Juan de esta Villa, no solo en su novena y Jueves Santo de cada año sino también en todas las ocasiones que le pareciera oportuno al Hermano Mayor de dicha cofradía de cuyo pectoral había de custodiar el poseedor de la dicha vinculación que poseo. Y respecto a que dicho pectoral no tiene la cadena de lo más decente es mi voluntad donarle una cadena de oro que tengo en una arquita pequeña, la que se entregue al dicho Hermano Mayor para que se ponga en dicho pectoral, cuya donación hago bajo  las propias condiciones y circunstancias que cedo el dicho pectoral"
Muerto D. Cristóbal fue sepultado según su deseo en la cripta de este santuario a las plantas de María Santísima de los Remedios y aquí permanecen sus restos, esperando el glorioso día de la resurrección de los muertos.
Con él se puede decir que acabó una época, en 1808 las tropas francesas so pretexto de cruzar España para invadir Portugal invaden nuestro país. Ha comenzado el convulso siglo XIX, siglo caótico para las Cofradías que tendrían que adaptarse de forma camaleónica a los nuevos tiempos para conservar, al menos, su existencia.

Procesión de la Virgen de los Remedios. mayo de 2009

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