El pasado 20 de febrero fue un día importante para nuestra Archicofradía, llegaba a nuestra ciudad parte del nuevo trono que Dios Mediante la Santísima Virgen de los Remedios estrenará en la procesión del Jueves Santo próximo.
La Junta de Gobierno, costaleros, y algunos hermanos nos reunimos a la hora fijada en la Plaza de San Agustín, la ilusión se podía ver en los rostros de los presentes que ansiaban tener ante sus ojos el nuevo trono de la Virgen.
A medio día había salido en un camión desde la manchega localidad de Torralba de Calatrava, donde se está confeccionando en los talleres de Orovio de la Torre, y sobre las 20:30 horas se esperaba su llegada.
Poco después de las 20:45 hacía su llegada el camión que lo traía y los presentes nos arremolinamos entorno a él para tenerlo más cerca y poder contemplar lo que en esta ocasión nos traían, la canastilla y parte de los respiraderos.
con gran esfuerzo pero con muchísima más ilusión recorrimos los escasos metros que separan la placeta de san Agustín de la Iglesia de San Juan Bautista en un abrir y cerrar de ojos, con una única pero emotiva parada a la altura de la casa de nuestra hermanas Francisca Luque y Paqui Gómez Luque, cuya familia había salido a la puerta para ver pasar el trono de Nuestra Señora.
Otra parada antes de subir la cuesta que hay para llegar a la iglesia... y con una subida alegre y rápida de la cuesta nos pusimos ante la puerta de la Casa de la Virgen, una casa de la que, gracias a este trono podrá salir el próximo Jueves Santo y todos los que vengan.
Tras la primera entrada y comprobación del correcto funcionamiento de los sistemas empleados para salvar la angostura de la puerta pusimos el trono ante María Santísima de los Remedios y una intima emoción embargó nuestros corazones, a la cabeza nos vino el recuerdo para aquellos otros que a lo largo de los siglos han hecho lo que han podido para el mantenimiento y el crecimiento del culto a nuestros Sagrados Titulares y para que el culto y el cariño del pueblo de Cabra por Nuestra Madre de los Remedios sea como una luz que no se apaga en lo profundo de la noche, de aquellos hermanos que para ella labraron Casa, Camarín y tronos, aquellos que fundieron campanas e hicieron retablos, los que bordaron los mejores mantos y labraron joyas, cetros y coronas, aquellos, también, que cada Jueves Santo fueron hasta el barrio del Cerro, o hasta cualquier parte donde Ella estuviera, para acompañarla en su dolor, para ir con Ella por las calles de Cabra dando testimonio público de fe y sacrificio.
Así recibimos el trono, una experiencia única para los que allí estábamos y que gracias a este espacio queremos hacer extensiva a todos los devotos de la Virgen de los Remedios con independencia del lugar donde se encuentren.
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