El pasado 18 de febrero,
falleció el que durante más de catorce años fuera nuestro Hermano Mayor don
Carlos Martínez Botella, duele que a las personas se le reconozcan sus méritos
cuando ya no están entre nosotros pero suele pasar con frecuencia que hasta que
alguien desaparece no nos damos cuenta plenamente de lo importante que fue en
nuestra vida.
Tal vez haya tenido que pasar
esto para que se detenga mi ajetreo cotidiano y me pare a reflexionar sobre la
importancia de lo realizado en aquella época y sus repercusiones y la
importancia de su persona como responsable de unos años de hermandad que fueron
ilusionantes y que supusieron un antes y un después de la Cofradía de Nuestra
Señora de los Remedios.
La Virgen con el manto antes de la restauración, azucena en sus manos y sudario de tul, |
Nacido en la localidad
alicantina de Monovar, donde la patrona es la Virgen de los Remedios, como él
siempre decía, la vida lo llevó primero a Madrid donde conoció a la que fuera
su esposa, la egabrense Pepita Mellado Marín y después a Cabra, donde se
involucró con las tradiciones semanansanteras motivado por del gran cariño que
Pepita tenía por las mismas, además de en otros ámbitos locales como el Club
Deportivo Egabrense, del cual fue muchos años secretario, se hizo egabrense, se
sintió como tal y Dios proveyó para él un puesto para dar gloria en la Tierra a
su Madre la Virgen de los Remedios.
En 1980 las leyes de nuestro
país estaban cambiando y el Instituto de Formación Profesional Felipe Solís
Villechenous que regentada en la persona de su Director a la Cofradía de
Nuestra Señora de los Remedios tuvo que ceder el cargo a otra persona para
desligar ambas instituciones.
El 7 de marzo de 1980, en una reunión de la Cofradía presidida por el Director del Instituto Don Eduardo Rueda Nogueras, Don Carlos
Martínez Botella ante su propia sorpresa fue nombrado nuevo Hermano Mayor de la
Cofradía, todavía vinculada con el centro educativo.
Ante su desconcierto la
primera que lo apoyó, se alegró y seguramente daría gracias a Dios por lo
sucedido fue Pepita, su esposa.
En años sucesivos se fueron
presentando retos y a la vez se fueron viendo cumplidos objetivos, como en
cualquier institución, pero fueron retos muy importantes como la desvinculación
progresiva con el Centro de Formación Profesional, que de forma oficial poco a
poco fue dejando de lado la labor cofrade y eliminando las colaboraciones
personales y económicas que se hacían hasta llegar a la total desvinculación
con la perdida de privilegios como la cochera para guardar el trono y demás
enseres.
Una impertinente lluvia en
la noche del miércoles santo de 1983 dio la puntilla al manto de la Virgen, una
excepcional obra de arte de la cual se llevaba más de veinte años hablando de
su restauración pero que por su valor no se había acometido.
fotografía tomada al manto en el año 1984 tras la procesión del miércoles santo donde se observa su deplorable estado |
primer plano de la Virgen tal y como procesionó en 1985 |
En los años 1985 y 1986 la
Virgen de los Remedios procesionó con un manto de terciopelo negro liso y en
1987 tuvo lugar un acontecimiento histórico para la Cofradía y para Cabra el
manto que según la tradición habían bordado las Dominicas en 1808 volvió a
Cabra, después se descubrió y demostró que el manto lo habían bordado las
agustinas y la Virgen lo había estrenado el Jueves Santo del año 1800.
Aquella, Dama venida a
menos, como se habla de la Virgen de los Remedios en algún medio de
comunicación gráfico de finales de los sesenta volvía a lucir en todo su
esplendor 187 años después.
En el taller del Convento de Santa Isabel de Sevilla se dan las últimas puntadas al manto antes de ser traído a Cabra. |
A la entrada del Cinestudio Municipal es expuesto el manto para que los egabrenses puedan apreciar tan extraordinaria obra de arte. |
Los desvelos de Carlos solo
por aquel proyecto ya le hubieran hecho figurar en los libros que se escriban
sobre la Semana Santa de Cabra en todos los tiempos venideros, pero aquello
solo fue el principio, de las recuperaciones.
Miércoles Santo de 1987, patio de la Escuela de Formación profesional, la Virgen luce con su manto
recien restaurado, como nota interesante la cruz vuelve a llevar el antiguo sudario que
se había recuperado hacía poco.
Años después de esta
restauración se pusieron en marcha otras restauraciones como la de la peana de
procesión, escondida bajo multitud de capas de pintura acrílica o la
recuperación de la antigua candelería del trono, una serie de candelabros
estrenados en la primera mitad del siglo XX y que llevaban años abandonados en
la cochera considerados como “chatarra” para vender, dichos juegos de
candelabros fueron reparados y plateados, colocadas sus tulipas y lágrimas de
cristal de bohemia y reestrenados de nuevo por la Virgen en la Semana Santa de 1992 junto con unos nuevos faldones de terciopelo
negro. El cambio que hubo fue impresionante y la virgen adquirió aquel año una
fisionomía parecida a la que tiene en la calle hoy en día en la calle.
El Niño de la Virgen en unos cultos vestido de monaguillo |
En 1985 gracias al gran desvelo demostrado, es
entregado el Niño de la Virgen que era custodiado por sus antiguas camareras,
junto con el antiguo báculo de la Cofradía y una serie de mantos, estropeados y
viejos pero verdaderas joyas porque representaban todo lo que la Virgen
conservaba de su ajuar, se recuperaron elementos tan singulares como el
rostrillo de plata o los zapatitos del niño Jesús, también en plata.
En mayo de 1987, coincidiendo
con el Año Santo Mariano y en la Iglesia de San Juan de Dios recibió culto por
primera vez tras muchos años sin hacerlo el Niño Jesús en brazos de la Virgen
de los Remedios, recobrándose una perdida estampa, la Virgen de los Remedios de
gloria, para la ocasión la fue vestida con un manto de la Virgen de la Paz y
las ropas del Niño Jesús fueron cedidas por la Madres Agustinas.
En lo sucesivo se mantuvo
esta fiesta de mayo y se acrecentó con la celebración de la misma primero en
las puertas de la iglesia de San Juan Bautista, el Santuario de la Virgen de
los Remedios, y después ya en su interior cuando las condiciones del mismo lo
permitieron.
Procesión de la Virgen en el mes de Mayo con el niño Jesús entre sus brazos. |
La Virgen volvió a ser
procesionada en mayo a partir del año 1991 haciéndolo tras la misa desde la
iglesia del Cerro hasta la de San Juan de Dios donde provisionalmente se
veneraba en el altar de la Virgen de Belén.
Durante décadas la antigüedad
y raíces históricas de la Cofradía de los Remedios había estado oculta bajo el
velo del olvido y aunque tras llegar la Virgen al Centro de Formación
Profesional sus primeros gestores tenían necesidad de conocer más cosas de esta
Cofradía, según se desprende de las actas de aquellos años, nadie dio pistas,
los papeles habían desaparecido o no había papeles... aunque el paso del tiempo
demostró que si que los había y muchos.
Portada de las Reglas de la Archicofradía de la Vera Cruz, que escritas en 1522 comienzan con el saludo a la Virgen "Ave María Santísima de los Remedios" |
En la noche del Miércoles
Santo de 1991 Don José Mª García Benavides, Secretario de la Confraternidad de
Hermandades de la Vera Cruz de España,
hizo entrega a la Cofradía de una fotocopia de las Reglas de la misma de
las que se conservan en el Archivo Provincial y que casualmente había encontrado.
Por estas reglas y otros documentos que nos cedió se demostraba que esta
Cofradía era la Antigua Archicofradía de la Vera Cruz de Cabra, que nunca se
había extinguido y que es una de las Cofradías de esta advocación más antiguas
de España.
A partir de ese momento se entabló una relación muy
especial con la Confraternidad siendo la Cofradía invitada de honor a los actos
celebrados en 1992 con motivo del Primer Congreso Mundial de Hermandades de la
Vera Cruz, teniendo el privilegio Carlos Martínez de ser uno de los portadores
del palio bajo el cual el Santo Lignum Crucis de Santo Toribio de Liebana, fue
trasladado desde la Capilla de la Vera Cruz de Sevilla hasta la Iglesia
Catedral para la Solemne Función que clausuró dicho congreso.
La Virgen de los Remedios portada por hermanos costaleros, probablemente Miércoles Santo de 1992 año en que reestrenaron los candelabros de tulipas |
En 1991 la Virgen volvió a
salir a hombros con hermanos costaleros desde la Iglesia de San Juan de Dios,
hay que recordar que mientras que salía a ruedas lo hacía desde el propio
Instituto.
También en 1992 le fue concedida a Nuestra Cofradía el Premio Pasión y
Cofradías, premio cuyo valor en metálico sirvió para que se procediera a
restaurar la Cruz de los Sacramentos, que salió a la Calle en la Semana Santa
de 1993, tras cuarenta o cincuenta años sin
hacerlo.
La Cruz de los Sacramentos sale por primera vez tras muchos años en 1993, su forma de procesionar fue la antigua egabrense, sobre una pequeña parigüela con peana barroca. |
En los primeros días de 1994
se celebró una exposición por la Agrupación de Cofradías en el patio de
cristales del Instituto Aguilar y Eslava para conmemorar el cincuentenario de
la Asociación-Agrupación de Cofradías de Cabra, en esa Exposición nuestra
cofradía tuvo acceso a la venerada imagen del Santísimo Cristo de la Sangre un
acceso que si bien nunca se había negado el devenir de los tiempos había
aislado y separado llegándose incluso a crear una efímera cofradía en 1969 en
torno a esta imagen. La recuperación del Cristo de la Sangre fue especial en
tanto que se reunía de nuevo el núcleo de las imágenes a las que daba
veneración la Antigua Archicofradía de la Vera Cruz y María Santísima de los
Remedios de Cabra, la Cruz, la Virgen y el Cristo de la Sangre.
Imagen del Cristo de la Sangre en la exposición que con motivo del cincuentenario de la Agrupación de Cofradías se realizó en los primeros días de 1994 en el Instituto Aguilar y Eslava. |
La Virgen de los Remedios
siempre había salido el Jueves Santo hasta que en 1963 llegó al Centro de
Formación Profesional producto de un gran declive de la Semana Santa, en ese
año se ordenó por parte del presidente de la Asociación General de Cofradías el
Sacerdote y Párroco de Santo Domingo D. Miguel Sánchez que la Virgen de la
Esperanza saldría el Jueves Santo, por venir mejor a su gremio que eran los
Agentes Comerciales, y los Remedios pasaría al Miércoles Santo, que ya no había
colegio; este cambio hecho en un momento muy bajo para la Semana Santa se quiso
instituir a perpetuidad años después por los gestores de la Agrupación de
Cofradías ya que entre 1994 y 1995 la Cofradía
de la Virgen de los Remedios tuvo que llevar el asunto para cambiar al Jueves
Santo a cinco cabildos de la agrupación donde
reiterativamente se le impedía que ejerciera un derecho que por historia,
Reglas y Estatutos en vigor le correspondía plenamente.
Esto
fue uno de los temas que más desgastó a Don Carlos, puesto que no llegó a
entender nunca la injusticia de aquellos gestores que se negaban a negociar la
viabilidad del cambio de día y propiciaban que una y otra vez la votación del
cabildo fuera en contra, máxime cuando a otras cofradías, sin otra razón que el
propio capricho personal de sus dirigentes se les concedía.
La Virgen salió por fin el Jueves Santo de 1995 en primer lugar como correspondía por su
reciente llegada, negando de forma tajante la posibilidad de que recuperara su
sitio. Pero quiso Dios que al año siguiente por conveniencia y acuerdo de las
propias cofradías se restableciera al lugar en orden que hasta 1963 había
tenido.
Fotografía que sirvió de base al cartel que con motivo de la primera salida en Jueves de la Cena tras su injusto traslado a otro día de la Semana Santa treinta años antes editó la Archicofradía |
Parece un buen fin para la
gestión de un Hermano Mayor, pero todavía hay algo más: gracias a la iniciativa
de las Hermanas Franciscanas, casa de la cual salimos en 1995, y al apoyo
incondicional de Carlos Martínez como Hermano Mayor se comenzó a rezar en mayo
de ese año el Santo Rosario y mes de María en la iglesia de San Juan Bautista
del Cerro, cerrada por más de veinte años y con las obras paralizadas por aquel
momento... y la Virgen como no podía ser de otra forma volvió a ser colocada en
aquel trono que Francisco Javier Pedrajas tallara para ella en 1767 bajo la
cúpula del camarín que sus hermanos costearon para ella entre 1740 y 1750 en
aquel Santuario que su cofradía le labró a partir de 1711, velando como siempre
por su barrio, el más humilde de Cabra, el más típico y castizo, El Cerro,
velando por sus hermanos.
En junio de 1995 hubo
elecciones a Hermano Mayor a las cuales él ya no se presentó, dando paso a
nuevas generaciones de hermanos que habían trabajado con él en los últimos años.
Ahí terminó la gestión al
frente de nuestra Archicofradía Don Carlos Martínez botella, una persona que,
al contrario de otros hermanos mayores del siglo XX que le habían precedido,
trabajó todo lo que estuvo en su mano y mucho más para ensalzar a su Cofradía.
La penosa enfermedad de su
esposa, que quería a la Cofradía tanto o más que él mismo y otras causas
humanamente entendibles hicieron que sin desligarse del inmenso cariño que
sentía hacia la Virgen de los Remedios si lo hiciera de su Cofradía pasados los
años.
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